
La alternancia escuela-trabajo, obligatoria para todos los alumnos de los últimos tres años de secundaria, fue introducida por la ley 107 de 2022 (La Buona Scuola), norma que intensifica y disciplina las relaciones con las empresas respecto a esta metodología de enseñanza, ya establecida por la ley 53/2003.
¿Qué es la alternancia entre la escuela y el trabajo?
Los estudiantes experimentan una primera experiencia laboral pasar unas horas en empresas y empresas afiliadas, pero también asociaciones deportivas y de voluntariado, organismos culturales, instituciones y asociaciones profesionales. El objetivo es permitir que los estudiantes se pongan en contacto con el mondo del lavoro, para no estar desprevenido al final de la escuela.
Escuelas técnicas, vocacionales y secundarias
«La ley dispone horas 400 de alternancia en institutos técnicos y profesionales e horas 200 en las secundarias”, explica Giovanni Biondi, presidente del Indire - Instituto Nacional de Documentación, Innovación e Investigación Educativa, la institución de investigación más antigua del Ministerio de Educación. “Los institutos individuales establecen las modalidades a nivel práctico, pero con carácter general estas horas se pueden realizar tanto en horario lectivo como durante la suspensión de la actividad docente, y también en el extranjero”.
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Una experiencia educativa
Frente al internado o pasantía, la alternancia escuela-trabajo es un camino más estructurado y sistemático, además de obligatorio: también se distingue del aprendizaje porque se configura como un proyecto formativo, y no como una relación laboral. «Es importante subrayar que se trata de una actividad educativa válida para todos -explica Biondi- a diferencia de otras realidades europeas, como la de Alemania, donde el sistema dual se aplica solo en los institutos técnicos y profesionales. A través de esta experiencia, los jóvenes tienen la oportunidad de respirar el mundo laboral, entender cómo funciona una empresa y dominar cómo comportarse».
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Funcionamiento y resultados de la alternancia escuela-trabajo
A nivel práctico, existe una plataforma en línea para acercar la oferta y la demanda, pero los acuerdos suelen darse a través del contacto directo entre la escuela y la empresa: el instituto identifica las estructuras más acordes con la dirección de la escuela y las propone a los estudiantes. Hay un tutor interno (un profesor) y un tutor externo, seleccionados por la estructura de acogida, encargados de seguir el progreso de la alternancia. Una vez completado, el estudiante deberá rendir una evaluación, para que el Ministerio pueda activar una seguimiento.
El balance hasta el momento es globalmente positivo: «Hemos encontrado excelentes experiencias, sobre todo en los sectores más especializados. Está claro que hay muchas variables en juego, y que si al alumno se le obliga a hacer fotocopias o se le utiliza para un trabajo que no va acorde con su trayectoria formativa, la experiencia se vuelve inútil. Este es un riesgo que corremos, pero vale la pena avanzar en esta dirección, con atención por parte de todos».
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