
La aparición de cáncer de mama durante el embarazo es un evento raro, que representa aproximadamente el 2% de todos los cánceres de mama. Y, aún más raro, es el desenlace que -tras este diagnóstico- tuvo el caso de un joven de Módena de treinta y seis años, es decir su recuperación completa del carcinoma maligno en ambos senos al llevar el embarazo a término y dar a luz a su bebé perfectamente sano.
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¿Continuar el embarazo o no?
Un diagnóstico de cáncer de mama en el embarazo representa una elección difícil para una mujer: ¿salvar su vida o ponerla en riesgo para dar a luz al bebé? En Módena, una joven se encontró ante este dilema. La futura madre fue atendida por la Unidad de Mama de Módena y logró recuperarse sin abandonar al bebé.
"Después del difícil diagnóstico, estudiamos un plan terapéutico para tratar a la madre sin comprometer la salud del feto", explica Giovanni Tazzioli, jefe de Cirugía de Cáncer de Mama del Hospital Universitario de Módena y de la Ruta Terapéutica Diagnóstica para el tratamiento del cáncer de mama. .- siempre trabajábamos en equipo decidiendo tratar a la paciente durante unas 12 semanas con un protocolo de quimioterapia particular diseñado para minimizar el riesgo de daño al feto”.
“La terapia duró cerca de dos meses y medio -dice la Dra. Laura Cortesi, oncóloga de la Unidad de Mama- para reducir el tamaño de los dos nódulos, con el fin de optimizar el efecto de la cirugía”.
"Al final del tratamiento más adecuado para la madre y seguro para el niño, decidimos operarla - continúa Tazzioli - reservando la segunda parte de la terapia, dañina para el feto, para el período posparto". Paralelamente, la joven era monitoreada constantemente con visitas obstétricas y ecografías por parte de la doctora Francesca Monari, ginecóloga del Servicio de Obstetricia del Policlínico.
Nueva técnica: escisión de ganglio centinela mediante fluorescencia
Al llevar a cabo la intervención, el prof. Tazzioli y su equipo de cirujanos de mama han utilizado una nueva técnica para la extirpación de los ganglios linfáticos centinela, a través de la fluorescencia, para evitar totalmente la más mínima exposición al radioisótopo de la gammagrafía, protegiendo así a la madre y al niño tanto como sea posible.
Antes de comenzar con la segunda fase de la terapia, más invasiva, se evaluó si era necesario dar a luz al bebé.
El bebé nació entonces en la semana 34 de gestación, sano y de buen peso (2400 gramos), por cesárea.
Después de solo 12 días, la joven madre retomó la quimioterapia asociada a un tratamiento biológico que continuará durante un año, con excelente tolerancia a los tratamientos y regresión completa de la enfermedad oncológica.
Ciertamente fundamental en esta rara historia con final feliz fue también el positivismo y la actitud psicológica de la paciente, quien nunca se dejó desanimar por la situación, dejando asombrados y gratamente impresionados incluso a los médicos que la acompañaban.