Cómo enseñar a los niños a ordenar con el método Montessori

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Philippe Gloaguen
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Para María Montessori el espacio de juego del niño debe estar bien pensado y preparado: a partir de la observación el padre debe tratar de adivinar lo que está tratando de experimentar, para así brindarle el material adecuado. Pero, ¿esto también se aplica a la reordenación? Lo descubrimos junto a Alessia Salvini, educadora Montessori.



1. ¿Por dónde empiezas?



"La primera pregunta que hay que hacer es: porque queremos enseñar al niño a ordenar? ¿Por qué está desordenado? ¿Por qué dejas los juguetes tirados por ahí?' Respondamos a estas sencillas preguntas observar lo que el niño está haciendo y mirando lo que consigue y lo que deja. ¿Cuál es el propósito de la acción que realiza? Ya de estas breves observaciones podemos entender que el niño necesita experimentar nuevas acciones todos los días. Su objetivo es emularnos: quiere volver a proponernos una acción que nos ha visto hacer.

Pongamos un ejemplo concreto: "Una madre me llama un día porque su hijo tira migas al suelo repetidamente y las recoge apasionadamente". Como padres muchas veces miramos con ojo crítico lo que hace el niño: derrama y por lo tanto ensucia. "En cambio, debemos aprender a leer estas acciones de otra manera: debemos hacerlo como un niño que quiere intentar hacer una determinada actividad".

En este caso, al pequeño le gustó la actividad de coleccionar y quiso volver a intentarlo pero, al no encontrar otra forma, utilizó lo que tenía a mano: es decir, las migas de pan para tirar de la mesa. En lugar de enfadarse, "¡Aprovechemos esta oportunidad: enseñémosle al niño cómo limpiar el piso y recoger la basura!"

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2. Cómo hacerlo

En el caso de migajas en el suelo, por ejemplo, el padre no debe regañar al niño sino preparar un ambiente útil para comprender la acción que el niño está viviendo. "En un nivel inferior donde están todas sus tareas, actividades o juguetes, preparo una canasta con muchos papeles y la pongo en un recipiente o una caja con un cepillo y un recogedor: la actividad contenida en un recipiente ayuda centrar la atención en ese gesto y visualizar la acción. La primera vez le mostraré cómo usarlo: doy la vuelta a los papeles y los recojo. Podemos repetirlo tantas veces como queramos y preguntarle al niño si quiere probarlo».



Desde los primeros años podemos crear actividad corresponsales que educan al niño en la manualidad, la concentración y la autonomía, útiles también para el orden. Un ejemplo es el decantar: el conocido trasiego de nueces funciona así, "tomamos una bandeja con dos cuencos, uno de cerámica y otro de metal, las nueces deben estar en el cuenco izquierdo (nos sentamos a la derecha del niño), con la tenaza sacamos las nueces de izquierda a derecha (en el sentido de la escritura). Cuando hayan ido todos al bol derecho, vuélvelos a poner en el bol izquierdo y repite».

La repetición aumenta la concentración y sabemos que “la concentración en el juego es como un momento de meditación”, debemos dejarlos estar sin intervenir demasiado. Obviamente, la actividad debe prepararse en conjunto: el padre tiene que construirla con la ayuda del niño. Cogemos la mesa, preparamos el mantel, recuperamos el material, realizamos la actividad y, lo más importante, volvemos a poner todo donde lo conseguimos. Mostrar una actividad en su totalidad y no solo en la ejecución lleva al niño a meterse en el corazón de la acción.

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3. Si el niño no hace lo que le enseñaron

Puede ocurrir que, por ejemplo durante el trasiego, en lugar de pasar las nueces de un bol a otro, las tires. «Dejemos de verter e invitemos al niño a que comprenda que se equivoca: si quiere tirar un objeto pues “vamos a buscar las bolas”. No dejes a los niños en el vacío del “no, no se hace”, sino proponles una actividad inherente a la acción que quieren experimentar. La tarea que has preparado adquirirá singularidad: sirve para aprender un tipo de acción».



Trate de preparar ambientes en los que usted también pueda moverse: marque el lugar para recoger la basura con una cinta roja en el suelo. Con tu escoba recógela allí e invita al niño a recoger con su escoba trozos de papel u otra basura siempre en el mismo recuadro resaltado. “Si comenzamos a responder de esta manera con actividades correspondientes a lo que necesita hacer, experimentar, comenzamos a mostrarle cómo hacerlo. En Método Montessori es costumbre mostrar no explicar verbalmente». El niño nos emula y por eso "hay que mostrar la vida".

4. En la habitación del niño: ¿dónde intervenir?

Las actividades propuestas se pueden llevar a su habitación, ¿cómo? Por ejemplo, pueden ordenar los juegos por actividad: los coches de juguete; las bolas; los edificios. Mostrándoselo al niño, se pueden guardar en recipientes, no demasiado grandes, y distribuirlos en estantes bajos. (Lea también: Niño se niega a ordenar juegos)

Nuestro objetivo será mostrar al pequeño cómo interactuar con su propio espacio cuando lo necesite: preparemos una alfombra para el juego, tomemos juntos un recipiente y dejemos que lo vacíe lentamente (seguimos su juego, pero sin intervenir). Al final del juego, cuando la atención ha bajado y se quiere pasar a otra actividad, se propone la transferencia: los juegos utilizados se juntan en el lado izquierdo del contenedor, de manera que de izquierda a derecha, los juegos pasan de la alfombra al contenedor. ¡Con el reorden comienza otro juego, otra actividad! No es un momento pesado que el niño necesariamente debe hacer.

5. Pero, al fin y al cabo, ¿estamos ordenados?

El problema de nuestros hijos es el desorden: pero ¿estamos ordenados en la casa? El bebé desde los primeros meses lo absorbe todo, sobre todo lo que le mostramos. Desafortunadamente, a veces las familias reciben el mensaje de que ordenar es algo aburrido y pesado. Cuántas veces hemos dicho: «¡Siempre tengo que poner todo en orden! ¡Tú te equivocas y yo lo arreglo!». ¿Qué concepto le pasamos al niño que ordena? Es algo aburrido que nadie quiere hacer. Pero debemos tener en cuenta una cosa importante: “los padres somos el rasgo de unión, somos lo que une al niño con el medio ambiente”. para organizar el espacio y amarlo.

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