
"¡Cuidado, si lo tomas siempre en tus brazos, incluso ahora que es pequeño, se va mimando!". Es una especie de mantra que, aunque con infinitas variaciones sobre el tema, toda nueva mamá ha escuchado (¡al menos una vez!) de quienes creen saber mucho más que ella.
Alessandra Bortolotti, psicóloga perinatal, involucrada desde hace años en el cuidado del niño, el parto y la lactancia, madre de dos niñas, en su libro "¿Y si se engancha?" (Il Leone Verde), sin embargo, argumenta lo contrario: sujetar al recién nacido (o niño pequeño) significa responder a una necesidad natural y fisiológica, muy importante para su sano y tranquilo crecimiento.
En este articulo
- ¿Tiene base científica la idea de que es mejor no sostener 'demasiado' en los brazos?
- ¿Qué significa que el contacto físico es una necesidad natural para todos los bebés?
- ¿Llevar a un bebé en brazos nunca es un vicio?
- ¿Por qué parece que lo más importante es 'separar' temprano al bebé de la madre?
- Por otro lado, ¿qué puede dar seguridad al niño?
- ¿Cómo podemos comportarnos pensando en el bienestar del pequeño?
- Y si el bebé llora desesperado, ¿qué es mejor hacer?
- ¿Dejar que el bebé llore no le enseña a ser más fuerte?
¿La idea de que es mejor no sostener 'demasiado' en los brazos del recién nacido (y del niño muy pequeño) tiene alguna base científica o no?
Esta creencia, todavía muy extendida en nuestra cultura, no tiene base objetiva ni científica. La práctica de limitar el contacto físico entre el niño y los padres es un sesgo cultural muy fuerte.
El niño nace con una experiencia de envolvimiento total y choca con ese prejuicio de quien dice que no lo recoja. Desde que nacen, cada pequeño busca la cercanía física que le garantice la supervivencia fuera del útero. Es una necesidad natural y fisiológica de cada cachorro humano, en cada parte del mundo.
“A menudo compartimos la opinión de que un niño que llora o demanda atención es solo un niño malcriado, caprichoso o mañoso o aburrido que quiere distraer al adulto sin una razón válida; como si las necesidades de los niños fueran insignificantes. o, incluso, como si ignorarlos sirviera de campo de entrenamiento para que el bebé se volviera grande, fuerte e independiente”. (Alessandra Bortolotti, "¿Y si toma el hábito?", El León Verde).
Explícanos mejor: ¿qué significa que el contacto físico es una necesidad natural y fisiológica de todo recién nacido?
El tacto es el primer sentido que se forma y, a través de la piel, la 'información' llega al cerebro. Ya en la vida uterina, hacia la octava semana, el embrión tiene una piel muy desarrollada capaz de reaccionar a los estímulos. En otras palabras, la piel es el órgano de nuestro cuerpo que se desarrolla primero y tiene más conexiones con el sistema nervioso central. La necesidad de contacto garantiza la supervivencia del bebé fuera del útero. En resumen, no se puede vivir sin tacto...
Como escribo en mi libro, la necesidad de contacto es incluso mayor que la necesidad de alimento, como lo demuestran, por ejemplo, los experimentos de H. Harlow con monos rhesus en el laboratorio. Los cachorros recién nacidos prefieren el contacto con una madre falsa recubierta de pelo sintético que los envuelve y les desprende calor, al biberón que les ofrece una madre fría y metálica.
Entonces, podemos decir que llevar a un bebé en brazos es tan importante como alimentarlo y cuidarlo… En definitiva, ¿nunca es un vicio?
La cercanía física entre madre e hijo entra en la categoría de necesidades básicas y es fundamental satisfacerla. Ciertamente no es un vicio y ningún estudio lo prueba. Después de nueve meses en el vientre materno, en una condición protegida y acogedora, todo niño en el mundo busca, con total naturalidad, los brazos de la madre. El 'demasiado' contacto físico no existe, es más bien una necesidad fisiológica normal que cambia según la edad. No olvidemos que todas las sensaciones emocionales que le pasan al bebé a través de la piel y el tacto, en el abrazo, por ejemplo, son muy importantes, y beneficiosas, para su crecimiento psicofísico integral.
¿Cómo es que en el mundo occidental a menudo parece que lo más importante es 'separar' al bebé de la madre temprano, casi lo antes posible y, desde una edad muy temprana, independizarlo?
En nuestra cultura sigue siendo común la idea de que la autonomía del niño se ve favorecida por una separación temprana entre padres e hijos. El adulto 'bueno' tiene éxito antes, más rápido, y el niño que acepta la situación sin problemas es igualmente bueno. De hecho, esta es solo otra creencia cultural. Ningún estudio ha demostrado que los niños que experimentan un desapego temprano se conviertan en adultos más seguros y pacíficos.
En tu opinión, ¿qué le puede dar seguridad al niño?
En los primeros tres años de vida, cada niño busca el contacto físico para estar 'lleno de seguridad'. Por supuesto, la 'cantidad' de cercanía y caricias cambia mucho para un bebé de tres meses o de dos o tres años. El niño no es un títere indefenso y sin habilidades sino que es competente, se 'mueve solo' hacia la independencia, según sus propios ritmos. Si siempre está buscando a su madre cuando sea mayor, significa que le faltaba algo en el primer período de su vida.
Como argumenta el psicólogo y psicoanalista inglés John Bowlby con su teoría del apego, una buena relación con la madre representa la base segura esencial para explorar el mundo y crecer tranquilo y seguro de uno mismo.
Nuestro objetivo como adultos es dar seguridad al niño decodificando sus señales. Si un bebé llora, por ejemplo, hay que levantarlo, ya que expresa una necesidad. Distinto es el caso de un niño de dos años que grita porque quiere un coche de juguete nuevo. Estas son rabietas. La necesidad de contacto, en cambio, no tiene nada que ver con los 'vicios' y une a todos los seres humanos".
Pero a veces las madres dicen que es difícil, e incluso un poco agotador, llevar al bebé en brazos con frecuencia. ¿Cómo podemos comportarnos pensando en el bienestar del pequeño?
Responder a la necesidad primaria de cercanía física de un niño no significa renunciar a ningún tipo de actividad durante seis meses. ¡Solo prueba un poco! Como mamá, resolví el problema de manera muy simple, usando la diadema con mi hija que le deja las manos libres y la posibilidad de hacer más. Y, a los siete meses, la pequeña ya casi caminaba. No es cierto, de hecho, que estar cerca de la madre dentro del fular 'bloquee' el desarrollo normal del recién nacido en los primeros seis meses de vida desde el punto de vista físico. Por el contrario, el portabebés es muy útil y cómodo, pero debe adaptarse a cada niño, ¡un poco como un buen par de zapatos!
En los primeros seis meses de vida, una excelente solución, todavía poco practicada, es también colocar al bebé en el suelo, cerca de él, sobre una alfombra mullida con muchos cojines alrededor. No es necesario tenerlo siempre en la cuna, en el huevo o en la hamaca que es rígida y puede resultar incómoda. En el suelo, entre otras cosas, el bebé puede moverse, patear y sentirse más libre. Así, la madre, por ejemplo, puede quedarse en la cocina y preparar una cena tranquila con su bebé tumbado en una alfombra a su lado.
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Y si el bebé llora desesperado, ¿qué es mejor hacer? Hay quien dice que es 'listo' y que no está de más dejarlo llorar, para que 'se opere los pulmones'. ¿Qué piensas?
A menudo, la convicción de no llevar 'demasiado' en los brazos del niño pequeño, en el primer año de vida, se considera igualmente válida cuando llora: otro prejuicio sobre el que es imprescindible aclarar.
Para un bebé de cinco a seis meses, el llanto es la última señal, su último 'recurso' para mostrar algún malestar. Generalmente, antes de gritar de desesperación, habrá intentado comunicarse con el adulto emitiendo otras señales que probablemente no hayan sido interpretadas.
Por lo tanto, es importante tomarlo en sus brazos y consolarlo. Un estudio reciente encontró que cuando el pequeño grita desconsoladamente, el cortisol, la hormona del estrés, tarda dos minutos en ingresar al cuerpo. Y luego toma al menos 24 horas para que se reabsorba.
Bueno, entonces, ¿dejar que el bebé llore no le enseña a ser más fuerte?
No, el llanto ignorado hace que el pequeño se sienta incapaz de usar lo que la naturaleza le ha dado, una señal obvia que el padre ignora deliberadamente. Dejar llorando a un bebé de seis meses y no recogerlo como modalidad educativa ciertamente no ayuda a hacerlo más fuerte y autónomo. Con esta actitud, no hay respuesta a una necesidad natural compartida por cada cachorro humano. Y su memoria emocional 'registra' esta falta de contacto aunque sea a nivel inconsciente.
De hecho, hasta los tres años domina el hemisferio derecho, el de las emociones, que no es consciente y por eso no podemos recordar a nivel racional. Limitar las oportunidades de contacto significa privar al niño de esas inyecciones de confianza tan importantes para la adquisición de la autoestima, necesaria para un crecimiento sano y sereno.
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¿Es cierto que es mejor no cargar demasiado al bebé en brazos?
No está mal tener al bebé en brazos. El 'demasiado' contacto físico no existe, es más bien una necesidad fisiológica normal que cambia según la edad.
Cuando el bebé llora desesperadamente, ¿es correcto cargarlo?
Sí, es importante levantarlo y consolarlo. Un estudio encontró que cuando el pequeño grita desconsoladamente, el cortisol, la hormona del estrés, tarda dos minutos en ingresar al cuerpo.
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