Nutrición tras el destete, 7 trucos para que tu bebé se acostumbre a estar en la mesa

¿Qué puedes hacer para sobrevivir al desafío de la 'comida para bebés' sin demasiado estrés? Le preguntamos a Bárbara Tamborini, psicóloga educativa, madre de 4 hijos, quien trató ampliamente este tema en su último libro escrito con (Los papás vienen de Marte, las mamás vienen de Venus. El manual para padres de uso terrestre, De Agostini).



Aquí tienes los tuyos Consejos 7 para disfrutar mejor del momento de las comidas con los más pequeños, acostumbrándolos poco a poco a estar en la mesa.

1. Un ambiente tranquilo ayuda a que cada niño acepte gradualmente las reglas de la mesa

El niño encaja en una familia que ya tiene una estilo estar en la mesa y sus reglas. Como es muy pequeño y come la primera comida para bebés, absorbe ese clima particular que respira todos los días.



Cuando comienza a tener un mínimo de autonomía, alrededor de los 18 meses, el niño percibe aún más lo que ve a su alrededor, y su actitud en la mesa se ve influenciada por ello. Un ambiente sereno y relajado, por tanto, ayuda a toda la familia a evitar las 'peleas de cucharas'.

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2. Está prohibido perder el tiempo fuera de las comidas

A la hora de comer, el bebé debe llegar con una Apetito saludable: bocadillos prohibidos antes del almuerzo o la cena. Este simple pero efectivo hábito -como dice la psicóloga educativa- hace la vida más fácil para todos. Si el pequeño tiene hambre, estará más dispuesto a 'pausa' un rato en la mesa con mamá y papá en un ambiente acogedor.



3. Pequeñas 'pruebas' de autonomía: que use también sus manitas

Cuando el niño es capaz de sostener la cuchara en la mano y de buena gana trata de comer solo, es importante prestar atención a lo que se pone en su plato. La comida debe ser sencillo administrar por él poniéndolo en las mejores condiciones para experimentar un poco de autonomía.



“En esta etapa, es importante, por ejemplo, que él pruebe y haga una cucharadita y nosotros una, mejorando bien cada vez que lo logra ponlo en tu boca”, dice Bárbara Tamborini.

En cualquier caso, es bueno tolerar que tocar con las manos alternando la cucharadita. En particular, con los más pequeños, alrededor de los 10 meses, no está bien armar todo con rigidez.

“Claro, entonces, una vez que ha aprendido y mete la cara en el plato estilo gatito, conviene bloquearlo”, dice la psicopedagoga.

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4. Buenos hábitos en la mesa y algunos compromisos

Una buena educación dietética combina una dieta variada a la capacidad de prueba y descubre nuevos sabores... Tragar como un ganso en estado de hipnosis no es uno de los hábitos buenos y saludables para nadie, jóvenes y mayores.

De hecho, sería recomendable, por ejemplo, comer con la tele apagada, porque ayuda a estar más pendiente de lo que hay en el plato (para degustar la comida, de hecho, sin tragarla distraídamente). Si la familia no está acostumbrada a hacer esto, pueden intentar el experimento un par de veces a la semana.

Si el niño protesta y la tentación es de 'distrarlo' para hacerle comer, en lugar de 'hipnotizarlo' con dibujos animados (como a veces sucede por desesperación), es mucho mejor dejar que traiga un juego. En este punto, para el psicopedagogo hasta 2 años, la compromiso generalmente es aceptable, entonces, con la entrada al jardín de infantes, la solicitud de juegos a menudo desaparece por sí sola.

En cualquier caso, desde el punto de vista del experto, si el niño trae a la mesa el osito, el muñeco o el coche de juguete porque le 'hace compañía', y tiene todo a su lado, no supone ningún problema, puedes permitirlo. Mientras haya un límite, dicta el sentido común, y no llegas con la excavadora llena de tierra del jardín.

Según la experta, un buen acercamiento con los más pequeños, por ejemplo, es también ponerles delante, después de la clásica papilla, 10 piezas de pan o zanahorias, dejándolos continuar la experiencia de gestionar su alimentación de forma independiente. “Generalmente, el niño es curioso y le gusta experimentar y así, incluso los adultos, estamos más tranquilos al menos por un rato”.

5. Nada corrió tras el bebé blandiendo la cuchara

La hora de las comidas genera una sensación de ansiedad en la mayoría de las madres: en la base está la idea de que el niño escupe la comida, solo juega con ella y nunca come lo suficiente.

“Las madres sentimos este miedo en el estómago – dice la experta. Por eso, cuando el niño empieza a querer opinar, la tentación es dejar que él mande lo que tiene en el plato.

El responsable, por el contrario, es l'Adulto que sabe lo que se necesita para volverse grande, sano y fuerte: este mensaje debe pasar al niño a través de la bondad y algún 'no' firme cuando sea necesario”, explica el autor.

Según la psicóloga educativa, se necesita cierta firmeza sobre todo cuando el niño crece, hacia los 2 años.

“Si, por ejemplo, no quiere la pasta de tomate que come siempre y pide la de pesto, la intervención del padre, que generalmente se implica menos si el niño no come, puede ser muy útil. Él puede decir: 'Está bien, si no lo quieres, ¡entonces nada!' Una estrategia posible, por tanto, es la de ignorarlo durante 5-10 minutos: a menudo, entonces, será él quien comerá el plato frío en paz. Este enfoque fortalece al niño y lo ayuda a tener una relación sana con la comida”, dice Bárbara Tamborini.

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6. Pequeños trucos para enseñar al niño a sentarse un rato a la mesa

Poco a poco se consigue hacer entender al niño que la regla de la casa es comer sentado. Para la psicóloga educativa, es impensable que un niño menor de 2 años 'se quede quieto, bien y sereno', tal vez para una comida larga de aperitivo y postre para mamá y papá.

Sin embargo, su mejor opción es hacer uno simple razonamiento para acostumbrarlo al que pueda comprender: '¡A la hora de la comida te sientas!'. Si se levanta de la trona y no ha terminado, lo mejor es volver a colocarla en su sitio.

En cualquier caso, no se puede esperar que este grupo de edad tenga sentido del tiempo ('Quédate aquí 5 minutos hasta que termines', no tiene sentido para el niño).

Para el experto, lo que más funciona es construir “una alianza con el bebé antes de la comida”, eso lo tiene muy claro.

En este caso, para que se siente hasta que haya terminado de comer, el experto sugiere dibujar un gran sol en una hoja de papel y dividirlo en 4 cuadrantes diciéndole: 'Quédate aquí, mientras comes, sentado como los grandes'. , mientras tanto se forma. ¡el sol!', '¡eres el rey de la papilla!'.

Cada 10-15 cucharaditas, por ejemplo, se puede dar una 'rebanada' de sol al pequeño que de esta forma sabe lo que el padre espera de él: en el tiempo de las 4 piezas debe comer.

7. Cuando el niño alcanza una meta establecida por los padres, es importante alabarlo

Cada vez que el bebé se sienta por su comida completa o usar los cubiertos sin dejarlos volar, según la psicopedagoga, es importante recalcar esto. Para premiarlo, por ejemplo, puedes prepararle una cena especial y colocarlo en la cabecera de la mesa, y todos le aplaudirán.

 

“La idea es potenciar el protagonismo del niño que ha alcanzado la meta trazada por el padre”, concluye Barbata Tamborini.

 

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