
Contenido
- 1 Octavo mes de embarazo: a cuántas semanas le corresponde
- 2 Octavo mes de embarazo: qué le pasa a la madre
- 3 Octavo mes de embarazo: qué le pasa al bebé
- 4 Octavo mes de embarazo: los síntomas más comunes
- 5 Octavo mes de embarazo: los exámenes
- 6 Octavo mes de embarazo y líquido amniótico
- 7 Embarazo y consumo de sal
- 8 Octavo mes de embarazo: cómo dormir
- 9 Octavo mes de embarazo: cuándo avisar al ginecólogo
- 10 La trigésima primera semana de embarazo
- 11 La trigésima segunda semana de embarazo
- 12 La trigésima tercera semana de embarazo
- 13 La semana XNUMX de embarazo
¡Aquí estamos mamás! Estás en la mitad del último trimestre y la conclusión del embarazo está cada vez más cerca. Las emociones se vuelven intensas, mezcladas con una buena dosis de impaciencia. En cambio, es mejor si el cachorro se queda donde está por un tiempo más. Es cierto que ya está prácticamente listo, pero se dará por finalizado a partir de las 37 semanas. Todavía necesitamos algunos. Mientras esperamos el evento muy feliz, veamos qué sucede durante el octavo mes.
Octavo mes de embarazo: a cuántas semanas le corresponde
El octavo mes de embarazo va desde las 30+5 (30 semanas y 5 días) hasta las 35 semanas redondas.
Octavo mes de embarazo: qué le pasa a la madre
Durante este atisbo final del embarazo, la futura madre continúa… elevándose. El vientre crece y se vuelve difícil de "llevar". Por lo tanto, no es difícil sentirse un poco fatigado, especialmente si hace calor. Es una buena regla escuchar siempre las señales que envía tu cuerpo y, de manera compatible con tus actividades diarias, complacer sus ritmos y demandas. Por ejemplo, descansar de vez en cuando.
En estas semanas, de media, deberías haber engordado unos 9 kilos. Sin embargo, es un dato sumamente subjetivo: hay quien toma más y quien menos. Como ya hemos subrayado, depende de muchos factores, como el peso inicial, los hábitos alimentarios, la actividad física. Será el ginecólogo el que te pese para indicarte cómo va la situación y, en especial, si es necesario intervenir de alguna forma.
Los senos también son particularmente floridos. Sin embargo, es justo señalar que su tamaño no tiene relación directa con las posibilidades de amamantar. No es cierto que un pecho grande produzca más leche que uno pequeño. Así como la falta de calostro durante el embarazo no significa que no se pueda amamantar.
El octavo mes es aquel en el que comienza la baja por maternidad, o los 5 meses de baja obligatoria del trabajo. La madre trabajadora puede elegir quedarse en casa dos meses antes del parto y tres después o sólo uno antes y 4 después. La maternidad temprana, en cambio, es otra cosa y atañe, por ejemplo, a los embarazos problemáticos.
Durante el octavo mes nos preparamos mentalmente para el nacimiento, pero también en la práctica: de hecho, ya no hay excusa para no completar la maleta y el pequeño. Por cierto, con el nuevo MyModernsParents 4.0, la última actualización, tienes la posibilidad de organizar muchas maletas, incluidas las de papá, posparto y más. Si aún no lo ha hecho, descargue la actualización directamente desde AQUÍ.
Octavo mes de embarazo: qué le pasa al bebé
En este período el aspecto más importante es el que concierne al crecimiento de los pulmones. Se acerca el parto, por lo que es muy importante que el pequeño se prepare para respirar por sí mismo una vez que nazca. El surfactante es la sustancia clave que permite que estos órganos funcionen al máximo. El surfactante está compuesto por proteínas y lípidos y su producción comienza entre las semanas 24 y 28, para finalizar alrededor de la 34. Es por ello que la insuficiencia respiratoria es la complicación más frecuente en caso de parto muy prematuro.
Pero no son solo los pulmones los que continúan desarrollándose. El crecimiento del cerebro, por ejemplo, continuará incluso después de dar a luz. Esta es una de las razones por las que los huesos del cráneo no se sueldan al nacer, así como para facilitar el paso del feto al canal de parto.
Los movimientos desde adentro vienen "fuertes y claros". También se pueden percibir muy bien simplemente colocando la mano en la barriga, para deleite de los papás. A medida que avanzan las semanas, se vuelve muy importante escuchar al bebé todos los días. Las pautas de los especialistas dicen que, para estar seguro de que todo va bien, los movimientos en las 24 horas deben ser al menos 10. Y si sientes algo rítmico y regular, que sepas que es hipo. Esto también es parte del "entrenamiento" al mundo exterior.
Octavo mes de embarazo: los síntomas más comunes
- Pubalgia. La molestia clásica del tercer trimestre, incluso si a veces ocurre incluso antes. La pubalgia consiste en dolor en el pubis y la ingle, a la altura de los huesos de la pelvis, especialmente cuando la futura mamá se está moviendo. En la raíz del problema están la presión ejercida sobre los músculos y tendones de la pelvis y la postura a menudo incorrecta de la mujer que tiende a arquear la espalda. ¿Como arreglarlo? Siempre que sea posible, descanse, relajándose un rato. También puedes intentar usar una cinturilla que sujete el vientre, darte un baño caliente que relaje los músculos, sentarte correctamente.
- Pérdidas blancas. Se llama leucorrea y en algunos casos acompaña a la mujer desde el inicio del embarazo prácticamente hasta que da a luz. Estas pérdidas son blancas o transparentes, inodoras, abundantes. Por lo general, no hay otros síntomas, como ardor o picazón, típicos de algunas infecciones, como la cándida. La leucorrea es causada por hormonas, pero no es un trastorno real.
- Estreñimiento. Sigue siendo ella, ¿verdad? Entre el peso de la barriga y los constantes cambios hormonales puede volverse bastante terca. Y cuando esto ocurre, pueden aparecer hemorroides, molestas y dolorosas, provocadas por el esfuerzo de evacuación. Como hemos tenido oportunidad de reiterar (por ejemplo cuando hablábamos del séptimo mes de embarazo) la estrategia para combatir el estreñimiento es triple: tomar fibra, hacer ejercicio, beber mucha agua. Sólo en los casos más graves están indicados fármacos y suplementos, pero siempre que sean prescritos por el ginecólogo.
- Alta presión. En el tercer trimestre, la hipertensión arterial puede ser una de las banderas rojas de una complicación bastante peligrosa de la gestación: la preeclampsia (o gestosis). Otros síntomas son la presencia de proteínas en la orina y edema (hinchazón), especialmente en la cara y las manos, aumento excesivo de peso. La preeclampsia puede causar problemas a la madre y al bebé y, por lo tanto, debe mantenerse bajo control. Para aquellas con tendencia a tener la presión arterial alta, el ginecólogo puede recomendar medirla varias veces al día. En algunos casos, puede ser necesaria una terapia con medicamentos.
- Colestasis del embarazo. Esto también es una complicación del embarazo. Los síntomas clásicos son el picor generalizado (sobre todo nocturno) y, en ocasiones, la ictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica). Si el médico sospecha colestasis, los análisis de sangre comprobarán el nivel de ácidos biliares, bilirrubina y transaminasas, que en este caso están alterados.
- Estrías. Son rayas blancas y rojas en algunos puntos del cuerpo, en particular donde la piel es particularmente "apretada" como el vientre, las caderas y los senos. Las estrías son bastante comunes en el embarazo y son causadas por una pérdida de elasticidad de la piel. La prevención es el arma más eficaz porque, una vez que aparecen, es difícil deshacerse de ellas. El aceite de almendras, una buena crema elastizante y el mejor complemento de colágeno pueden marcar la diferencia.
Octavo mes de embarazo: exámenes
Si aún no los has hecho, entre las semanas 28 y 32 + 6 los exámenes a realizar son:
• toma de muestras de sangre con hemograma completo.
• Control de toxoplasma.
• Test de Coombs indirecto.
• Ecografía obstétrica (en caso de patología materna o fetal).
Entre las semanas 33+0 y 37+6, las pruebas realizadas por el Servicio Nacional de Salud son:
• extracción de sangre con hemograma completo (incluidos controles de hepatitis B y C y VIH).
• Control de toxoplasma.
• Serología de sífilis.
• Análisis de orina completo y cultivo de orina.
• Estreptococo beta-hemolítico del grupo B (a las 36-37 semanas).
También podría hacer flujometría, una técnica que utiliza ultrasonido, al igual que las ecografías. Sirve para evaluar la circulación sanguínea del feto y el funcionamiento de la placenta. Los vasos que se analizan son las arterias uterinas, las arterias umbilicales, la arteria cerebral media o el conducto venoso del feto. A menudo, cuando hay un retraso o un retraso en el crecimiento del bebé, hay un problema con la circulación sanguínea o la placenta.
Octavo mes de embarazo y líquido amniótico
A partir de este período, el ginecólogo controlará más escrupulosamente el líquido amniótico. Las cantidades anormales (demasiado o demasiado poco) pueden tener consecuencias en el feto. Hablamos de polihidramnios cuando el líquido está en exceso, al revés el problema es el oligohidramnios.
Los médicos pueden sospechar un exceso de líquido si el útero es significativamente más grande de lo que debería ser en el período gestacional. Otros signos son la pared uterina tensa, dificultad para analizar las partes fetales, trastornos respiratorios (por la presión ejercida sobre el diafragma) o urinarios (por la posible compresión de los uréteres). La ecografía es la herramienta indispensable para el diagnóstico y control. No existe una cura específica, pero ciertamente la situación debe ser monitoreada cuidadosamente.
Las causas más frecuentes de disminución del líquido amniótico son la rotura de membranas (lo que implica una pérdida constante de líquido, sin que la mujer se dé cuenta y sin que se active el parto), embarazo prolongado, dolor renal (como cólico), obstrucción de la vía urinaria Insuficiencia placentaria y del tracto.
El ginecólogo puede pensar en oligohidramnios cuando el volumen uterino es inferior al normal, con paredes muy pegadas al feto y movimientos del bebé que pueden incluso doler. También en este caso, la ecografía confirmará o no la hipótesis del médico.
Embarazo y consumo de sal
En la dieta, la sal nunca es panacea y las recomendaciones siempre son intentar reducirla al máximo. Esto es aún más cierto durante el embarazo. La primera razón es tratar de mantener a raya el peligro de la gestosis. De hecho, la sal aumenta la presión arterial. Si es demasiado alto, el ginecólogo puede prescribir una dieta sin sal.
Un exceso de cloruro de sodio en el embarazo también puede ser cómplice de la retención de líquidos, que suele acompañar a las mujeres con barriga. ¿Cómo se reconoce? Sobre todo con hinchazón en piernas y pies que provoca una sensación de pesadez y en ocasiones incluso dolor. Además, también puede aparecer la celulitis, provocada por la acumulación de líquido entre las células. No es raro padecerlo en el embarazo, aunque nunca antes lo haya sido.
Se recomienda el uso de sal yodada, es decir, añadida con yodo, sustancia que es muy buena. En cualquier caso, aquí van algunos consejos para disminuir la cantidad de sal en el embarazo:
- Prefiere siempre los alimentos frescos a los envasados (incluidas las salsas preparadas).
- Evitar productos con mucha sal (por ejemplo, cubitos de caldo).
- Drene el agua de los alimentos enlatados antes de consumirlos y enjuáguelos (por ejemplo, maíz, guisantes, frijoles, lentejas, etc.).
- Lea atentamente las etiquetas: además de simplemente decir “sal”, pueden aparecer otras palabras, como sodio (o NA), cloruro de sodio, fosfato monosódico, glutamato de sodio, citrato de sodio.
- Elija alimentos con bajo contenido en sal.
- Para condimentar use especias, hierbas, jugo de limón o vinagre.
- No lleves a la mesa sal o salsas saladas: pueden ser una tentación añadirlas a la comida aunque en realidad no sea necesario.
- Reducir el consumo de alimentos procesados ricos en sal (ejemplos: snacks salados, patatas fritas, conservas, quesos muy salados, algunos embutidos).
- Lea atentamente las etiquetas del agua mineral: la sal también está presente.
- Añada siempre sal al final de la cocción.
- Tomar suplementos contra la retención de agua.
Octavo mes de embarazo: cómo dormir
La barriga abultada, el dolor de espalda, las ganas constantes de orinar, los pensamientos, el insomnio, etcétera, hacen que el sueño sea perturbado, si no imposible a veces. Encontrar la posición adecuada también se convierte en un problema. Pero, ¿cuál debes tomar?
A partir del segundo trimestre en adelante, dormir boca abajo se vuelve casi imposible. La posición más natural es la lateral. En particular, los ginecólogos recomiendan acostarse sobre el lado izquierdo. De esta forma, no se ejerce presión sobre la vena cava inferior, que es por donde sube la sangre desde las piernas hasta el corazón. Además, no ejerce presión sobre el hígado y mejora la circulación fetal-placentaria. Por lo tanto, esta se considera la mejor posición, mientras que la posición boca arriba debe evitarse. Algunos estudios científicos lo han relacionado con un mayor riesgo de muerte fetal.
Octavo mes de embarazo: cuándo avisar al ginecólogo
Una futura madre debe llamar a su médico cada vez que tenga dudas o molestias. En algunas situaciones, sin embargo, advertirle se vuelve esencial.
1- Síntomas de la gestosis. En caso de dolor de cabeza intenso, visión borrosa, náuseas y/o vómitos, hormigueo, presión arterial muy alta, no hay tiempo que perder.
2- Contracciones regulares. Si te das cuenta de que no son las de Braxton-Hicks, ni las preparatorias en particular, si se vuelven regulares, dolorosas y aumentan de intensidad, podría ser el inicio del parto.
3- Movimientos fetales deficientes. Si no se siente al bebé durante demasiado tiempo, incluso después de haberlo "estimulado" comiendo algo dulce, o si dentro de las 24 horas los movimientos son menos de 10, es necesario avisar al médico.
La trigésima primera semana de embarazo
El útero ha crecido unas buenas 10 veces en comparación con el principio. Entonces, ¿entiendes por qué te obligan a ir y venir del baño? En la semana XNUMX de embarazo, debe estar atenta a cualquier signo extraño, como dolores de cabeza repentinos e hinchazón. Los pulmones del bebé continúan su importantísimo proceso de maduración.
La trigésima segunda semana de embarazo
Acidez estomacal, ¡qué tormento! Es uno de los síntomas más clásicos de la semana XNUMX de embarazo y resulta muy molesto. El consejo principal es tener comidas pequeñas al día. El bebé continúa aumentando de peso, la pelusa se reduce y la cantidad de grasa subcutánea aumenta.
La trigésima tercera semana de embarazo
Finalmente, al final de la semana XNUMX de embarazo, estás de baja por maternidad. Disfruta del momento de terminar los preparativos para el parto y, sobre todo, de descansar: después del parto puede ser menos fácil. Es posible que el feto haya bajado un poco para que puedas respirar mejor.
La semana XNUMX de embarazo
La semana XNUMX de embarazo es la última del octavo mes: madres, ¡dentro de un rato pasaremos al noveno y último mes! ¡Cada vez falta menos! ¿Un poco de ansiedad? ¡Todo normal! A esta edad gestacional, si el bebé está en posición cefálica difícilmente cambiará, pero no es algo imposible. ¡No te desesperes!
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