
¿Qué hacer cuando el niño sufre una mala caída?
"Con los niños puede ser difícil hacer un diagnóstico basándose únicamente en los síntomas", comienza el prof. Giorgio Gasparini, Director de la Cátedra de Ortopedia y Traumatología de la Universidad “Magna Grecia” de Catanzaro, “porque no siempre existe una correspondencia exacta entre la extensión del trauma y la extensión de los síntomas manifestados. A veces el niño puede haber sufrido un simple hematoma pero reporta un dolor insoportable, o, por el contrario, ha sufrido una fractura y no se queja demasiado.
¿Por qué una diferencia tan estridente? "En la base puede haber una sensibilidad individual diferente al dolor, una experiencia de dolor menor que la del adulto, pero también motivaciones psicológicas opuestas", responde Gasparini: "de hecho, puede suceder que un niño bastante animado que a menudo 'mete en problemas' ' tiende a disminuir las consecuencias de su accidente por no ser regañado, mientras que por el contrario un niño ávido de atención puede enfatizar el dolor. Y esto puede dificultar para los padres que no saben cómo interpretar lo que sucedió ".
¿Cómo hacerlo entonces? Mejor revisarlo
“Precisamente porque no podemos basarnos únicamente en los síntomas que refiere el niño, es mejor ser más entusiastas y hacer que el niño visite al pediatra -si se dispone de forma rápida- o directamente a urgencias, donde se pueden resolver las dudas y donde, si en caso de que se diagnostique una lesión de alguna importancia, se pueden realizar todos los tratamientos oportunos al mismo tiempo”, responde el ortopedista.
¿Se necesita siempre la radiografía?
“La oportunidad de que un niño se someta a un examen de rayos X es inversamente proporcional a su edad. Si es cierto que cuanto más pequeño es el niño, más nos gustaría evitarle la exposición a las radiaciones ionizantes, también lo es que cuanto más joven es el paciente, menos fiables son los síntomas y signos clínicos detectados por el médico. Por lo tanto, muchas veces es la radiografía la que permite el diagnóstico y así posibilita la fijación oportuna del tratamiento correcto”.
¿Qué pasa si hay una fractura?
Si se detecta una fractura, el enyesado de la zona es la solución óptima, que garantiza la mejor recuperación funcional frente a los distintos aparatos ortopédicos. "El yeso, al ser inamovible, ciertamente se usa de la manera correcta", subraya el prof. Gasparini, "mientras que el aparato ortopédico, precisamente por ser removible, puede ser movido por el niño o removido por la madre -quizás 'lástima' por las molestias de las que el niño puede quejarse- y luego ser reposicionado de manera incorrecta, arruinando su eficacia".
La cirugía, una eventualidad de no satanizar
En una minoría de casos, se puede requerir cirugía. “Es una opción que no debe asustar”, aseguró el ortopedista, “ya que las técnicas quirúrgicas disponibles hoy en día nos permiten minimizar la intervención y obtener la mejor recuperación posible del segmento óseo o articular dañado. También debe tenerse en cuenta que un tratamiento inadecuado podría comprometer la recuperación funcional completa y hacer que sus efectos se sientan incluso después de muchos años. Mejor que una pequeña molestia hoy que nuestro hijo nos agradecerá mañana".
Cosas que hacer y no esperar al examen médico
Aceptar El hielo. El hielo es un excelente antiinflamatorio y analgésico, que tiene una acción vasoconstrictora que limita la formación de edemas y hematomas. Para que sea eficaz, debe aplicarse lo antes posible después de la caída y mantenerse en contacto con la zona lesionada durante unos 15 minutos. No más, porque podría irritar o incluso quemar la delicada piel del bebé.
Precisamente por eso, nunca se debe aplicar hielo directamente sobre la piel sino siempre envolviéndolo en un paño. (Un canbad de la cocina está bien). Lo mejor es aplicar la bolsa de hielo en lona engomada (siempre tapada con un paño), ya que también se adapta bien a superficies curvas, como las de un tobillo o una muñeca. Una práctica alternativa para llevar contigo, por ejemplo para un viaje fuera de la ciudad, son las bolsitas de hielo instantáneo (se venden en farmacias y basta con apretarlas con fuerza para romper la burbuja que contiene el refrigerante), que garantizan un efecto frío para unos 15 minutos. Después de la primera vez, el hielo se puede volver a aplicar de vez en cuando durante el día para aliviar un poco el dolor.
Bien, descansa. Después de una caída sin duda es recomendable mantener en reposo la parte traumatizada: si se trata de un miembro superior, se puede llevar el clásico pañuelo anudado al cuello, si se trata de un miembro inferior se aconseja evitar colocarlo en el suelo Y es recomendable mantener la pierna levantada, por ejemplo, inclinándola contra una silla con un cojín debajo, nuevamente para reducir la formación de edema.
NO Las manipulaciones. Queda absolutamente prohibido realizar cualquier tipo de manipulación que pueda empeorar la situación. Ciertas operaciones son únicamente para el ortopédico.
NO Los ungüentos. Las pomadas para contusiones y esguinces tienen un efecto antiinflamatorio, sin embargo, al ser un fármaco de acción local, su eficacia es modesta, además si existen abrasiones o lesiones en la piel la pomada podría retrasar la cicatrización.
No los vendajes 'Casalinghe'. Deben evitarse los vendajes a usted mismo: incluso si se necesita un vendaje, debe hacerse con materiales y métodos muy específicos, lo que solo conoce el personal de salud. Por ejemplo, un vendaje demasiado ligero es completamente inútil, uno demasiado apretado podría incluso causar daños.
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