
Acostumbra al perro a estar solo, haz que la rutina del perro sea menos rígida, acostúmbralo a caminar junto al cochecito y familiarízalo con el equipamiento para niños. Estas son algunas de las precauciones necesarias para acostumbrar a nuestro amigo de cuatro patas a la llegada de un bebé incluidas en el vademécum promovido y difundido por Departamento Veterinario de ATS de la ciudad y por "Agencia de Protección de la Salud de la Ciudad Metropolitana de nuestra ciudad. El objetivo de la iniciativa es dar visibilidad al manejo de un perro en relación con la llegada de un recién nacido.
En particular, la vademécum se distribuyó a pediatras, distritos y clínicas de vacunación, con el fin de brindar el mejor apoyo posible a las familias que están esperando un bebé y ya albergan a un amigo de cuatro patas en su hogar.
El documento brinda sugerencias durante la espera de la llegada del bebé, algunas indicaciones relativas al regreso a casa de la madre y el bebé, las dinámicas a establecer con los abuelos, niñeras y amigos. Además, también ofrece algunos consejos sobre conductas a activar durante las vacaciones. Aquí están los consejos más útiles.
Según el vademécum, a la espera del feliz acontecimiento, También es importante preparar a nuestro perro para la llegada de un bebé:
- Creamos un lugar acogedor donde el perro se sienta protegido y donde pueda ser confinado en caso de necesidad;
- escribimos al perro a un curso de adiestramiento canino;
- Hagamos la rutina del paseo-comida del bebe-etc. canino lo menos rígido posible y acostumbramos al perro a estar solo;
- Acostumbramos al perro a caminar junto al cochecito y lo familiarizamos de antemano con otros artículos para bebés.
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Y es fundamental preparar al perro para la vuelta a casa, de lo contrario puede resultar ansioso:
- Inmediatamente antes de que llegue el bebé, el padre saca al perro a dar un largo paseo;
- La madre debe entrar primero a la casa y saludar al perro mientras el padre espera un momento fuera de la puerta con el bebé;
- Recordemos premiar solo los comportamientos positivos y gestionar correctamente los negativos ignorando al animal;
- La novedad de un niño revoluciona el hogar: el perro puede necesitar varios días para acostumbrarse a la nueva situación antes de relajarse por completo. Debemos tener paciencia y recordar que, a pesar del cansancio natural, también es necesario dedicarle tiempo al animal;
- Acostumbrémonos a NUNCA dejar a nuestro perro cerca de la cuna en nuestra ausencia.
Un bebé que gatea puede convertirse en una fuente de curiosidad para el perro y, al mismo tiempo, sentirse atraído por el perro, quizás asustándolo o lastimándolo sin saberlo, por lo tanto:
- No permitimos que nuestro hijo abrace, bese, persiga al perro, jale las orejas o la cola. No dejamos que entre en la cama del perro;
- Siempre premiamos al perro, con una caricia por ejemplo, cuando permanece tranquilo en presencia del niño;
- Proporcionamos al perro un lugar seguro donde pueda retirarse cuando no quiera quedarse en compañía del niño;
- Recordemos que un perro muestra su malestar con señales posturales: bosteza (aunque no tenga sueño), se lame los labios (aunque no tenga hambre y no haya comido), mira para otro lado, intenta alejarse (si se lo permiten). ), gruñe;
- Nos aseguramos de que todas las experiencias del perro cerca del niño sean positivas: cualquier castigo exagerado podría llevarlo a ser agresivo;
- ¡NUNCA dejamos a nuestro hijo y a nuestro perro juntos si no estamos presentes!
Llegó para el bebé hora de ir al jardín de infantes: es importante saber que el 70% de los episodios de mordeduras de perros se registran hacia niños de su propia familia en edad preescolar o escolar.
- Recordemos NUNCA dejar solos a nuestro hijo y a nuestro perro, sin la supervisión de un adulto;
- Creamos espacios en la casa que le permitan al perro encontrar descanso y tranquilidad si no quiere interactuar con el niño;
- Enseñamos al niño a respetar al perro ya dejarlo solo si no quiere jugar con él;
- Enseñamos al niño a no acercarse al comedero del perro ya NO tomar nada de él;
- Nos acostumbramos a que nuestros hijos siempre pidan permiso al dueño antes de acariciar a un perro;
- Evitamos que los niños y los perros jueguen juntos de forma demasiado violenta o excitada.
Puede pasar invitar a nuestra casa abuelos o una niñera cuidar de nuestro hijo en nuestra ausencia: en este caso el perro puede no comportarse como de costumbre. Recordemos preparar una hoja con reglas escritas para su manejo:
- Instruimos a quienes cuidarán de nuestro hijo que nunca se debe dejar al niño solo con el perro, ni siquiera por unos momentos;
- Creamos las condiciones para que el niño no interactúe con el perro en nuestra ausencia.
Actualizado el 26.08.2022
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