
Contenido
- 1 Piel en el embarazo: hiperpigmentación cutánea
- 2 Piel en el embarazo: alteraciones circulatorias
- 3 Piel en el embarazo: estrías
- 4 Cómo cambian el cabello y las uñas
- 5 Piel en el embarazo: otras alteraciones cutáneas
Como ocurre prácticamente con todo el cuerpo, incluso la piel en el embarazo sufre cambios que, en la mayoría de los casos, son provocados por modificaciones hormonales. En otras palabras, la culpa de imperfecciones como manchas, espinillas, estrías, capilares dilatados se puede atribuir con seguridad a las hormonas. Evidentemente esto no necesariamente sucede y puede ocurrir lo contrario: con la barriga, la piel mejora, dando un aspecto bonito y saludable.
El Ministerio de Sanidad, en el amplio apartado sobre el embarazo, dedica un estudio en profundidad a la piel, con información útil y consejos prácticos. Echemos un vistazo juntos.
Piel en el embarazo: hiperpigmentación de la piel
La pigmentación es, sencillamente, el color que adquiere la piel gracias a la melanina, el pigmento responsable del color de la piel, el cabello y los ojos. Durante la gestación, se produce con mucha frecuencia un aumento de la pigmentación (alrededor del 95% de los casos). Esto ocurre desde el mismo comienzo del embarazo y el fenómeno es más frecuente en mujeres de tez oscura.
Algunas partes del cuerpo se oscurecen más notoriamente: las areolas mamarias (la parte que rodea el pezón), las axilas, los genitales. Además, se forma la llamada “línea negra”, una tira de piel más oscura que va desde el ombligo hasta el pubis. No ocurre en todas las mujeres, pero es un rasgo clásico del embarazo. Debido a la hiperpigmentación, las pecas y las cicatrices pueden volverse más notorias.
Un caso particular de aumento de la pigmentación de la piel es el melasma, también llamado “máscara del embarazo”. Se presenta con manchas oscuras en la cara, especialmente en la frente, pómulos y labio superior. Según estimaciones del ministerio, el 50-70% de las mujeres embarazadas lo padecen. El problema empeora con la exposición a la luz solar, incluso si los mecanismos subyacentes a la aparición del melasma no están claros. Lo cierto es que hay una predisposición genética.
¿Cómo prevenir la "máscara del embarazo"? Lo mejor es utilizar una crema con un alto factor de protección frente a los rayos UVA y UVB. No se debe aplicar solo en vacaciones, sino también a diario en la ciudad. Además, siempre es mejor no exponerse directamente al sol. Si la pigmentación es profunda es más difícil de curar que la superficial. El tratamiento se puede realizar después del parto y consiste en el uso de cremas aclarantes y peelings químicos.
Piel en el embarazo: alteraciones circulatorias
El aumento de estrógenos durante el embarazo puede estar en la base de algunas alteraciones circulatorias. Nada grave, por supuesto, pero algunos pueden resultar estéticamente molestos. ¿Un ejemplo? Los capilares dilatados. Por ejemplo, algunos de ustedes habrán notado que tienen un patrón de pequeñas venitas moradas en las piernas. El problema de fondo es la pérdida de tono y elasticidad de las paredes vasculares.
El aumento de peso y el útero apretado dificultan el retorno venoso de las piernas al corazón. Un estilo de vida sedentario también puede empeorar el trastorno. Por lo tanto, es esencial moverse. Además, un complemento alimenticio para fortalecer los vasos sanguíneos. puede ser de gran ayuda.
Otra alteración circulatoria típica, sobre todo en el tercer trimestre, la constituyen los angiomas estelares. Es un pequeño punto central rojo del que irradian radialmente capilares muy finos. Afectan al 15-30% de las mujeres embarazadas.
En ocasiones puede aparecer un enrojecimiento de las palmas de las manos. Además, a menudo debido a los cambios hormonales, las encías se hinchan y sangran. Necesita la opinión de su dentista. Por cierto: cuando está embarazada, las visitas al dentista no están absolutamente prohibidas. El tratamiento tampoco.
Piel en el embarazo: estrías
Aquí está, la peor pesadilla de cualquiera que espera un bebé: las estrías. Esas vetas rojas o blancas son realmente antiestéticas y, sobre todo, cuando aparecen es difícil deshacerse de ellas. Son cicatrices provocadas por la rotura de las fibras de colágeno en la capa más profunda de la piel, la denominada dermis.
Más de la mitad de las mujeres embarazadas experimentan estrías. Por lo general, ocurren hacia el final del embarazo, particularmente en el abdomen, las caderas y los senos. Las causas son hormonales (aumenta el cortisol, capaz de debilitar las fibras elásticas, el colágeno y los mucopolisacáridos que forman el andamiaje que sostiene la dermis) y mecánicas (debido a los rápidos cambios de volumen de la piel). Además, hay un componente genético.
La prevención es la consigna contra las estrías. El uso de una buena crema antiestrías, una alimentación adecuada (rica en agua, proteínas, vitaminas y antioxidantes), una correcta hidratación (mínimo 2 litros de agua al día), ejercicio moderado, la ingesta de suplementos para la elasticidad de la piel son todos elementos de una estrategia preventiva eficaz.
¿Y si aparecen? Intervenimos tras el parto con peelings químicos, radiofrecuencia, láser.
Cómo cambian el cabello y las uñas
Durante el embarazo, tanto el cabello como las uñas crecen más rápido. Gracias a la acción de los estrógenos, el ciclo del folículo piloso se alarga. Por lo tanto, la fase de crecimiento (anágena) aumenta, mientras que la fase de reposo (telógena) se reduce. Por lo tanto, el cabello aparece más grueso, más brillante y más hermoso. Después del parto, las cosas suelen cambiar: el cabello se cae profusamente debido al colapso de los estrógenos. El fenómeno se llama efluvio telógeno y dura de 3 a 6 meses.
También después de dar a luz a tu bebé, puede presentarse alopecia androgenética. Las causas son el estrés posparto y la deficiencia de hierro, propias del período de lactancia. Gradualmente, el cabello se adelgaza en la región central de la cabeza y, mientras esto sucede, se ve claramente el cuero cabelludo. En mujeres más jóvenes, el adelgazamiento es más evidente en la frente.
En el embarazo, especialmente en el primer trimestre, se debe tener cuidado con las tinturas utilizadas. Se prefieren los productos naturales, sin amoníaco u otras sustancias potencialmente nocivas.
Como se mencionó, las uñas de las manos y los pies también crecen más rápido. Expertos del Ministerio de Salud sugieren que, en los primeros tres meses de gestación, sería mejor no aplicar uñas artificiales porque algunas sustancias utilizadas podrían ser dañinas para el feto. Además, las uñas postizas deben quitarse antes de la entrega.
Más información: Cabello y uñas: cuidarlos durante el embarazo
Piel en el embarazo: otros cambios en la piel
- Pápulas y placas de urticaria que pican: trastorno frecuente, especialmente propio del primer embarazo y si está esperando gemelos. La causa es la distensión de la piel del abdomen, aunque las zonas afectadas sean glúteos, muslos, brazos, parte lateral del tronco. Las pápulas aparecen en las últimas 2-3 semanas de embarazo y luego desaparecen después del parto.
- Herpes gestacional: es una patología muy rara que se presenta con burbujas localizadas en el abdomen, pero que pueden extenderse por todo el cuerpo, excluyendo la cara y las mucosas. El picor es intenso. Las palmas de las manos y las plantas de los pies pueden estar cubiertas de ampollas grandes y dolorosas. Aparece en el segundo y tercer trimestre y, en ocasiones, persiste incluso después del parto.
- Impétigo herpetiforme: enfermedad grave caracterizada por pústulas e hipocalcemia (disminución del calcio en la sangre) que afecta a las mujeres en el tercer trimestre o poco después del parto. Las lesiones afectan principalmente a la cara, palmas de las manos, plantas de los pies, cuero cabelludo, mucosas orales y genitales. El impétigo herpetiforme puede ir acompañado de fiebre, escalofríos, vómitos, diarrea, calambres abdominales y dolores musculares.