Prolapso de útero y órganos pélvicos

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¿Qué es el prolapso de órganos pélvicos?

El prolapso de órganos pélvicos es un descenso hacia abajo de estos órganos abdominales como la vejiga, el útero, los intestinos y el recto. Se produce cuando los músculos y ligamentos del suelo pélvico, encargados de sostener los intestinos, se debilitan y ya no son capaces de mantener estos órganos en su posición correcta, que luego se deslizan hacia abajo por la fuerza de la gravedad.





El prolapso puede causar dolor e incomodidad y afectar su calidad de vida diaria. Las respuestas de la matrona Monica Vitali, experta en disfunciones y rehabilitación del suelo pélvico, a todas las dudas sobre el tema.

¿Cómo sabes que tienes un prolapso?


Según la extensión del prolapso y el área involucrada, la mujer puede experimentar:



  • un sensación de peso o volumen en el área vaginal o dentro de la pelvis, como si estuviera sentado sobre una pelota; a veces simplemente siente una masa que sobresale del canal vaginal, o la sensación de que algo está bloqueado o se está cayendo de la vagina;
  • incomodidad o dolor durante el coito;
  • incontinencia urinaria o fecal;
  • trastornos intestinales y fugas de gases;
  • dificultad para orinar;
  • malestar o dolor en la parte inferior del abdomen;
  • dolor de espalda;

A menudo, la sensación de peso o protuberancia se vuelve más pronunciada hacia el final del día, después de trabajar o estar de pie todo el día, mientras que disminuye al acostarse en la cama.

¿Cuántos tipos de prolapso hay?


Generalmente cuando hablamos de prolapso pensamos en el prolapso del útero, en realidad los órganos que pueden ceder son diferentes y existen diferentes términos médicos para indicar el trastorno:



  • histerocele es el prolapso del útero, que ocurre cuando el útero desciende hacia la vagina;
  • cistocele es el prolapso de la vejiga y ocurre cuando la vejiga, que recoge la orina, baja y empuja contra la pared anterior de la vagina;
  • rectocele es el prolapso del recto y ocurre cuando el recto sobresale hacia la pared posterior de la vagina;
  • enterocele es el prolapso del intestino delgado y ocurre cuando el intestino delgado cae entre la pared posterior de la vagina y el recto. El enterocele puede ocurrir junto con el prolapso del útero o del recto.
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¿Cómo se hizo el diagnóstico?


El prolapso generalmente se determina durante un examen ginecológico normal, primero a través de un historial médico cuidadoso de la mujer, durante el cual el médico indagará sobre el número y las características de los partos, la presencia o ausencia de menopausia o cualquier deficiencia de hormonas estrogénicas. Luego se considerarán otros factores de riesgo, como la obesidad, el estreñimiento crónico o la presencia de enfermedades que provoquen un aumento de la presión abdominal o cualquier cirugía realizada en la zona pélvica.


La presencia del prolapso se confirma luego con la visita, durante la cual el médico puede pedir al paciente que adopte la posición erguida, lo que puede hacer que el prolapso sea más evidente gracias a la acción ejercida por la fuerza de gravedad; alternativamente, se puede requerir una exhalación forzada con la glotis cerrada: es el llamado maniobra de Valsalva, que al provocar un aumento de la presión intraabdominal permite una mejor valoración del prolapso.


Si además se presentan trastornos de la micción, puede ser necesario someterse a una visita urológica, o, en caso de trastornos en el compartimento posterior (recto o intestino) un visita proctológica.

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¿Por qué viene el prolapso?


El prolapso de los órganos pélvicos ocurre cuando el estructuras musculares del suelo pélvico son alargados o no lo suficientemente fuertes para sostener los órganos en su posición correcta. Los factores que pueden hacer que los músculos pélvicos se estiren o debiliten incluyen:

  • embarazo y parto;
  • edad y menopausia;
  • obesidad;
  • fibromas o tumores del área pélvica;
  • tos crónica y estreñimiento crónico;
  • levantamiento de pesas;
  • condiciones genéticas;
  • cirugía pélvica previa;
  • algunas afecciones neurológicas o lesiones de la médula espinal.
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Cómo se trata el prolapso

Depende esencialmente de la magnitud de la molestia.
En el caso de un prolapso menor -hablamos de etapa inicial de grado I o II - se pueden utilizar diferentes tipos de tratamientos:


- Los ejercicios de Kegel: son ejercicios de rehabilitación que, a través de contracciones intermitentes del perineo, ayudan a fortalecer los músculos del suelo pélvico. En casos de prolapso uterino leve, estos ejercicios pueden ser el único tratamiento necesario. Sin embargo, para que sean efectivos, deben realizarse diariamente;


- Pflujo vaginal: es un dispositivo de goma o plástico que se coloca dentro de la vagina para sostener el piso pélvico y el órgano prolapsado;


- Ingesta de estrógenos: Me sentéterapia farmacológica basada en estrógenos, que puede ayudar a limitar el debilitamiento de los músculos y tejidos conectivos que sostienen el útero, la vejiga y el recto. Sin embargo, se deben tener en cuenta los posibles inconvenientes asociados a la ingesta de esta sustancia, como el aumento del riesgo de coágulos, trastornos de la vesícula biliar y cáncer de mama;


- Estimulación eléctrica y biorretroalimentación: son dos métodos para ser utilizados en asociación. El primero, mediante una sonda introducida en el recto o en la vagina, realiza una contracción pasiva de los músculos pélvicos, mientras que el segundo, mediante una proyección en vídeo de los ejercicios a realizar, hace que la mujer ejerza una contracción activa de los músculos pélvicos. la misma musculatura;


- Radiofrecuencia y electroporación: en ambos casos se introduce una sonda en la vagina que, si se utiliza radiofrecuencia, emite calor que estimula la producción de colágeno y mejora el tono; con la electroporación se transportan directamente a la mucosa vaginal hormonas o cremas a base de ácido hialurónico o vitamina E, que nutren los tejidos y evitan la pérdida de tono.

Cuando se necesita intervención

Si el prolapso es uno etapa avanzada, grado III o IV, es posible confiar en la cirugía. Los métodos son varios y la elección depende de numerosos factores, como el tipo de órgano prolapsado y las características del paciente, como la edad, los trastornos que provoca el prolapso, la posible presencia de otras patologías del distrito pélvico. En el caso del prolapso uterino, por ejemplo, se evaluará si se recurre a la histeropexia, es decir, a la suspensión del útero, oa la histerectomía, es decir, a la extirpación del útero.

Cómo se previene el prolapso


Algunas estrategias ayudan a reducir el riesgo de prolapso. Aquí están:

  • practicar constantemente los ejercicios de Kegel que ayudan a fortalecer el suelo pélvico;
  • reducir el peso corporal en caso de sobrepeso;
  • seguir una dieta equilibrada rica en fibra para evitar el estreñimiento;
  • Evite realizar esfuerzos que conlleven a un aumento significativo de la presión intraabdominal, como levantar pesos excesivos.
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