
Las familias de hoy son cada vez más amplias y el apoyo que los miembros de la familia pueden dar a los padres es muchas veces estratégico. Siempre que se mantenga una correcta distancia de seguridad. Para defenderse de las invasiones del campo (tal vez hechas sin malicia, pero invasiones) y para preservar la serenidad de todos, incluido el nieto, he aquí los consejos de Sara Piattino, psicóloga, psicoterapeuta y doctora investigadora de la Universidad de Génova.
Consejos para padres
1. No crear confusión de roles
Aman a su sobrino, disfrutan estar con él, el cariño es correspondido: todo está bien, pero sin exagerar. Porque existe el riesgo de crear confusión entre los roles de padres, abuelos y tíos, quienes en cambio deben seguir siendo figuras distintas y separadas. ¿El riesgo? Que surjan conflictos entre parejas y desavenencias familiares, lo que perjudicaría a todos, adultos y niños. Por lo tanto, es bueno que los padres primero entiendan esta distinción y la tengan en cuenta.
Lea también: El papel de los tíos y tías en la educación de los sobrinos2. Mantén la distancia adecuada desde la concepción
A veces, de hecho, son los propios padres quienes dejan que sus espacios sean invadidos. Desde la concepción, quizás porque es la primera experiencia y uno se siente inexperto, dejan entrar en pie de igualdad a los tíos en la naciente familia, muchas veces porque ya son padres con experiencia y generosos con buenos consejos hacia la futura madre y el nieto aún en su matriz. . Desde el embarazo, sin embargo, es mejor mantener el equilibrio adecuado entre proximidad y distancia. Por otro lado, si ellos lo hicieron, ¡nosotros también podemos hacerlo!
3. Intenta planificar (en la medida de lo posible) reuniones y visitas
Una vez que nace el bebé, la probabilidad de que los tíos cariñosos entren en la casa en cualquier momento del día es alta. Mejor dejar claro de inmediato, de forma suave, que las visitas repentinas no son bien recibidas, quizás resaltando que cuando el niño duerme preferimos estar solos en casa para descansar o guardar silencio.
4. No acepte todas las solicitudes o autoinvitaciones
¿Vengo y traigo el almuerzo listo? ¿Puedo recogerte y salir juntos? A veces eso está bien, pero te arriesgas a entrar en una rutina peligrosa. No siempre decimos que sí solo por cortesía o por temor a que el tío cariñoso se ofenda: a veces, para evitar conflictos, es mejor establecer límites de inmediato y decir un no cortésmente.
5. Rodea el obstáculo
¿No entiende (¿o hace como que no entiende?) la antífona y los teléfonos proponiendo ir a cenar? Más que un "no" claro, mejor decir: "Lo siento pero esta noche no estamos", o "Sería muy feliz pero le prometimos a nuestro hijo que veríamos una caricatura los tres juntos". Agregando que tal vez organicemos una pizza con ellos para el fin de semana. De esta manera pasa el mensaje de que los tíos no forman parte de la vida cotidiana, que su presencia es preciosa "única" y que existe una clara separación entre la unidad familiar y los "terceros" elementos.
6. Enviar al pariente en una búsqueda avanzada
¿Los tíos nos parecen entrometidos y tenemos miedo de crear incidentes diplomáticos? Que la aclaración la haga el pariente directo del padre. Si se trata de la hermana de nuestro marido, por ejemplo, después de compartir nuestras reflexiones con la pareja, dejamos que aborde el tema con su hermana y evitemos confrontaciones directas, que no solo dañarían las relaciones entre cuñados, sino que crearían conflictos. dentro de la pareja, porque el marido se encontraría entre la espada y la pared y como reacción podría tomar la defensa de su hermana.
Consejos para tíos
1. Ofrece ayuda pero no te impongas
Está perfectamente bien ofrecer ayuda a los padres, especialmente si trabajan y tenemos más tiempo disponible. Pero no seas insistente y no pretendas elegir el tipo de ayuda, por ejemplo proponiéndole cuidar al niño mientras la madre está pensando en las tareas del hogar. Y respetamos los horarios de la casa, acordando de antemano a qué hora podemos ir a visitar al niño y evitando presentarnos a la hora en que sabemos que está durmiendo la siesta o comiendo.
2. Tómate un respiro de vez en cuando para no volverte adictivo
El noviazgo es agradable, sobre todo si al niño parece gustarle, pero de vez en cuando hagámonos a un lado, para no inducir una continuidad que podría convertirse en una adicción. Se correría el riesgo de crear un apego excesivo y de alterar algunos mecanismos evolutivos, como los complejos de Edipo y Electra que durante el crecimiento son fisiológicos hacia los padres, no hacia los tíos.
3. No te opongas a las reglas de los padres
No ser entrometido significa siempre preguntar primero a los padres si podemos hacer algo con los nietos; y si el padre dice que no, es no, incluso si no compartimos. Al mismo tiempo, si el sobrino hace una petición en la que ya se sabe que los padres no están de acuerdo, no se debe complacerlo, solo por el placer de cumplir con sus deseos y pasar por los "buenos" tíos: si el padre da un dinero de bolsillo de 3 euros, el tío no tiene que darle un euro 5. En todo caso, le da un regalo de vez en cuando, que por su propia naturaleza se percibe como "único".
4. Actuar como intermediario, si es necesario, pero sin desprestigiar a los padres
Un tío escucha a su sobrino y, si surgen problemas con los padres, puede hacer de intermediario, intentando mostrar las cosas desde otra perspectiva. Pero sin hacerles sentir malos padres y sin señalarles con el dedo.
5. Si el sobrino se comporta de una manera que no es adecuada para el tío, actúa diplomáticamente
Es una situación delicada, sobre todo si a nuestro juicio ciertos comportamientos erróneos son inducidos por los propios padres. Sin perjuicio de que siempre debe intervenir el tío directo, se puede intervenir "en caliente", es decir cuando ocurre un hecho y uno de los dos padres se exaspera por la actitud del niño. En ese momento, se puede sugerir discretamente un posible comportamiento (“Yo intentaría…” “por qué no intentas…”); o, mejor aún, se puede dar un ejemplo externo, de la pareja que tuvo el mismo problema y lo resolvió de cierta manera. O, en lugar de dar un consejo directo, el tío puede comportarse con el niño de una manera que sea consistente con su propia forma de pensar, ofreciendo un ejemplo de cómo un enfoque diferente puede tener mejores efectos en la crianza del niño.
6. Sin embargo, si entendemos que nuestra intervención no es apreciada, es mejor dejarlo en paz
Si percibimos que el progenitor considera nuestros consejos o intervenciones como intrusivos, lo mejor es dejarlo en paz. Aunque estemos convencidos de que tenemos razón, aunque tengamos todas las buenas intenciones, hagámonos a un lado: el riesgo es que las relaciones entre las familias se deterioren. ¡Y eso sería una verdadera lástima!
Actualizado el 19.07.2022
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